domingo, 23 de diciembre de 2007

El pito negro


En los últimos días, he recibido un alubión de fotografías y de E-mails, unos a cuenta de la celebración del post 200, otras a cuenta de las fotografías invernales de Udías y otras tantas dándome ideas para temas a tratar en el blog.

Lo primero: pedir paciencia, porque entre otras cosas mi ordenador está un poco estropeado y voy un poco más lenta de lo normal.

Y lo segundo y más importante dar las gracias por todo lo que estáis haciendo por este blog.

Uno de los mails recibidos me hablaba del pito negro. El que para mí había sido hasta ahora un "pájaro carpintero" y punto. Ese animal, que todo el mundo ha oído alguna vez, pero muy pocos han conseguido apreciar su viva caperuza roja.
A él, dedicamos hoy este lunes:

Difícil de ver, pero no de escuchar, el Pito Negro, es una de esas aves que podemos encontrar en el Monte Corona. Si nos sentamos y esperamos el suficiente tiempo, cerca de la casa del Monte, seguramente al final lleguemos a escuchar su inconfundible sonido. El pito negro es uno de esos "pájaros carpinteros" que tanta ilusión nos hacía escuchar en nuestra infancia.

Ahora es cada vez más difícil verlo, es por eso que está catalogado como ave protegida por estar en peligro de inminente extinción por el Catálogo Nacional de especies amenazadas bajo la categoría de "interés especial"

El Pito Negro, que habita en las extensiones de hayas y de coníferas, como nuestro monte, realiza su nido excavando una espaciosa cámara en los troncos de los árboles. Escoge indiferentemente árboles sanos o enfermos, pero necesita un tronco de buen tamaño, de un diámetro medio de 30 centímetros. Sin embargo no es tan dañino como podría pensarse, ya que elimina grandes cantidades de perjudiciales insectos xilófagos.

Este gran pico carpintero, el mayor de los de la avifauna europea, alcanza casi el tamaño de una Corneja Negra. Su vuelo rectilíneo le distingue de otros picos y recuerda al del Arrendajo. Su extraño tamborileo resuena en el mes de marzo; logra este ruido golpeando vigorosamente con su pico una rama seca.
La cadencia del martilleo da la impresión de un redoble. Cuando el bosque tiene buena resonancia, el tamborileo puede oírse desde muy lejos, hasta a dos kilómetros de distancia. Esta manifestación sonora señala la presencia del ave ante sus congéneres. También se advierte rápidamente este gran pico en los macizos montañosos donde vive por su grito agudo y chirriante, «crri-crri-crri», y por su resonante canto, «choc-choc-choc».
Identificación: Plumaje negro; pico blancuzco, patas grises e iris blanco; capirote enteramente rojo en el macho; nuca roja en la hembra.
Nidificación: Nido en cámara excavada por el macho y la hembra en un árbol grande, forrado de menudas virutas mezcladas con arena fina; puesta, de abril a mayo, 4 huevos blancos y brillantes; incubación, por ambos sexos, 12 días; los pollos, alimentados por ambos padres, abandonan el nido tras unos 24 a 27 días. Alimentación: Hormigas, coleópteros y sus larvas; cerezas, semillas de coníferas. Hábitats: Bosques.
Si dais al play, podréis reconocer el inconfundible sonido del pito negro.

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